El rector de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), Oscar Alpa, expresó una profunda preocupación por el contexto de desfinanciamiento y falta de presupuesto con el que las universidades argentinas han tenido que operar en los últimos años.
En una entrevista, Alpa destacó que 2025 comienza bajo las mismas condiciones que los años previos: sin presupuesto aprobado. Según explicó, desde 2023 el país viene funcionando con presupuestos repetidos de años anteriores, lo que genera serios problemas para las instituciones educativas.
Problemas de financiamiento
El rector señaló que en enero de 2025 las universidades recibieron menos fondos que en diciembre debido a que no se contemplaron actualizaciones que, aunque insuficientes, se habían aplicado previamente para gastos de funcionamiento. Esta situación se suma a un clima de incertidumbre y precariedad, agravado por el veto presidencial de leyes clave en el Congreso, como una destinada a mejorar la financiación universitaria. Alpa calificó estos vetos como "incidentes históricos" que reflejan tensiones políticas más amplias y marcan un precedente negativo en la historia del país.
Impacto en la calidad educativa
Uno de los puntos más alarmantes mencionados por Alpa es la pérdida de calidad educativa en las universidades argentinas. Esto se debe a la migración de docentes e investigadores con años de experiencia, quienes buscan mejores condiciones laborales en otras universidades o incluso en el extranjero. La falta de actualización salarial, con incrementos mínimos que no logran compensar la pérdida del poder adquisitivo, ha sido un factor decisivo en esta tendencia.
El compromiso de la comunidad universitaria
A pesar del difícil contexto, Alpa aseguró que las universidades están comprometidas a mantener sus puertas abiertas para garantizar el acceso de los estudiantes a la educación superior. Tanto autoridades como docentes y no docentes comparten este compromiso, conscientes de la importancia de no caer en la desesperanza frente a la crisis actual. Sin embargo, también reconoció que este esfuerzo no es suficiente para frenar el deterioro de la calidad educativa ni para recuperar los niveles históricos de excelencia que caracterizaron al sistema universitario argentino.
Crítica a la indiferencia social
Alpa lamentó lo que percibe como una actitud pasiva de la sociedad frente a políticas que han desmantelado programas y organismos públicos construidos a lo largo de décadas. Aunque valoró indicadores como la baja de la inflación, advirtió que esta reducción se logró a costa del desfinanciamiento de áreas clave como la educación universitaria.
Perspectiva futura
El rector concluyó con una advertencia: aunque se logre mantener abiertas las universidades, el deterioro acumulado tendrá consecuencias de largo plazo para el país. La pérdida de recursos humanos y la reducción en la calidad educativa no solo afectan a las universidades, sino también al desarrollo científico y tecnológico de Argentina, áreas fundamentales para su progreso.
