Héctor Gómez Vicepresidente de la fundación Chadileuvú, en una entrevista se refirió a unos de los temas preocupantes en la sociedad como es el cambio climático y el RIGI
El cambio climático está afectando profundamente los ríos cordilleranos debido a la disminución de nevadas y al aumento de la isoterma de 0°C, la línea de altitud en la que la temperatura es 0 grados centígrados, lo que ha llevado al derretimiento de glaciares que antes se mantenían estables. Este fenómeno provoca que los ríos, que dependen del agua de deshielo, vean reducidos sus caudales.
Por ejemplo, el río Colorado, que solía tener un caudal promedio anual de aproximadamente 148 m³/s, ha visto su caudal reducido casi a la mitad, alrededor de 80 m³/s, en los últimos 12 años de crisis. Esto afecta todos los usos del río: humano, agrícola y otros. Lo mismo ocurre con el río Atuel, que tenía un caudal promedio de 32-33 m³/s, y otros ríos en Mendoza y San Juan.
La raíz de este problema es, fundamentalmente, la actividad económica humana que incrementa las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, provocando el calentamiento global. Esto se agrava cuando los gobiernos, como el de Argentina, facilitan la explotación de recursos naturales a grandes empresas multinacionales sin restricciones ambientales significativas.
Para proteger el clima y los glaciares, es esencial implementar regulaciones estrictas que limiten las emisiones y protejan los ecosistemas. Sin embargo, la tendencia hacia la desregulación y la libertad absoluta para las empresas multinacionales, cuyo principal objetivo es el beneficio económico, no augura un futuro optimista. Las leyes del mercado, que han contribuido al cambio climático, difícilmente serán suficientes para revertir esta situación sin una intervención y regulación gubernamental significativa.
En resumen, para mitigar los efectos del cambio climático y proteger los ríos cordilleranos, se requiere una combinación de políticas ambientales estrictas, regulaciones de emisiones y un enfoque menos dependiente de los intereses económicos de las grandes empresas. La situación actual es preocupante y requiere un cambio de rumbo urgente hacia la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.