La declaración de emergencia presupuestaria por parte del Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) refleja una preocupación genuina por la situación financiera que enfrenta la institución.
La inflación interanual del 276% y la prórroga del Presupuesto 2023 por parte del Gobierno nacional han generado incertidumbre sobre la viabilidad financiera a largo plazo de la universidad.
La decisión de adherir y convocar a la Marcha Federal Universitaria demuestra la voluntad de la UBA de unirse a otras instituciones educativas y organizaciones para protestar contra el ajuste en educación y buscar soluciones a los desafíos financieros que enfrenta.
El "cacerolazo educativo" programado para el miércoles a las 20 horas en Av. Rivadavia y Puan es otra expresión de la movilización estudiantil y comunitaria en apoyo a la educación pública y en contra de las políticas de ajuste. Es alentador ver cómo diferentes sectores se unen para defender la calidad y accesibilidad de la educación superior en Argentina.